Capítulo 4: Esperanza
Hoy estaba sentada en una roca del puerto de Iggiarth.
En aquel puerto, mis padres y familiares marcharon hacia tierras lejanas.
El mar ruge y las olas chocan contra las rocas, pero yo no lo escucho, simplemente miro el la tormentosa espuma que se genera al chocar...
Tengo frío, pero no me importa porque ser un ser vivo es lo que tiene y, si no, no valdría la pena vivir.
El malo también tiene su parte buena.
Porque si existe el frío, también existe el calor.
Y si existe la oscuridad, también tendrá que existir la luz.
Hoy más que nunca creo que: tener frío y estar mojada es bueno, porque también me secare y entrare en calor en algún momento…
Este pensamiento me reconfortó y me hizo sonreir con esperanza.
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